La naturaleza del Tao es fluir y dejar que la vida se desenvuelva de una manera armoniosa. A través de no intervenir en el flujo natural del universo, una verdad espontánea surge desde el interior, sin esfuerzo. Debemos confiar en este fluir espontáneo de la vida que se nos presenta una vez que aprendemos a soltar, a dejar ir.

Este es el principio más simple y a la vez más difícil para el ser humano debido a la intervención de la mente, del intelecto. Los seres humanos cada vez estamos más alejados de la naturaleza, del subconsciente, de la creatividad innata y espontánea que cada uno poseemos.
El camino del Tao, es confiar en el no esfuerzo (Wu wei) es un retorno al centro, al hogar.